SEIS CONSEJOS DE MILAREPA
# | Primera traducción literal corta | Traducción más detallada | Tibetano |
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1 | No recuerdes | Deja ir lo que ya pasó | mi mno |
2 | No imagines | Deja ir lo que puede venir | mi bsam |
3 | No pienses | Deja ir lo que sucede ahora | mi shes |
4 | No examines | No trates de interpretar nada | mi dpyod |
5 | No controles | No trates de hacer que algo suceda | mi sgom |
6 | Descansa | Relájate, ahora, y descansa | rang sar bzhag |
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lunes, 7 de junio de 2010
El sistema energético - técnicas de éxtasis y sanación - luz,sonido y naturaleza .
El sistema energético
La mayoría de las personas consideran el mundo de la materia y, por tanto, también el cuerpo físico como la única realidad, pues es el único que pueden percibir a través de los sentidos físicos y captar con el raciocinio. Si tú te encuentras entre esas personas que sólo pueden aceptar como realidad el cuerpo material, piensa en todo lo que sucede con la energía, con la fuerza vital que da vida a un cuerpo físico y que le proporciona sensaciones y capacidad de expresión, cuando ese cuerpo muere. Una ley física afirma que, en el universo, la energía no se destruye, sino que únicamente puede transformarse en otras formas de energía. La energía que actúa detrás de la manifestación material del cuerpo y sus funciones y capacidades está compuesta por un sistema energético complejo sin el cual no podría existir el cuerpo físico.
En este sistema los nadis constituyen una especie de arterias intangibles. La palabra “nadi” procede del sánscrito y significa aproximadamente “tubo”, “vaso” o “arteria”. Su función consiste en conducir el “prana” o energía vital a través del sistema energético no material. La palabra sánscrita “prana” puede traducirse por energía. En el ámbito cultural chino y japonés esta fuerza vital universal se denomina “chi” o “ki”. Representa la fuente original de todas las formas energéticas y se manifiesta en diferentes áreas existenciales mediante frecuencias distintas. Una de sus manifestaciones es la respiración, una de las formas por las que podemos absorber prana dentro de nosotros.
A través de los chakras, los nadis de un cuerpo energético están unidos con los nadis del cuerpo energético vecino. Algunos textos indios y tibetanos antiguos mencionan el número de 72.000 nadis; otros escritos históricos hablan de 350.000 nadis. Los canales energéticos más importantes son: “sushumna”, “ida” y “pingala”. Los chinos y japoneses conocen un sistema similar de canales energéticos que denominan meridianos y la usan en el desarrolló de la acupuntura.
En el sistema energético del hombre los chakras sirven de estaciones receptoras, transformadoras y distribuidoras de las diferentes frecuencias del “prana”. Absorben, directamente o a través de los nadis, las energías vitales de los cuerpos energéticos no materiales del hombre, de su entorno, del cosmos y de las fuentes que son el fundamento de cualquier manifestación, la transforman en las frecuencias que necesitan las diferentes áreas del cuerpo físico o de los cuerpos inmateriales para su conservación y desarrollo, y la retransmiten a través de los canales energéticos. Además, irradian energías al entorno. Mediante este sistema energético, el hombre efectúa un intercambio con las fuerzas que actúan en los diferentes planos de su entorno.
Atraes energía vital del sol a través del chakra del plexo solar, y energía vital de la tierra a través del chakra basal. Acumula estas energías y, a través de los chakras y los nadis, las conduce al cuerpo físico en flujos vitales ininterrumpidos. Las dos formas de energía se encargan de mantener un equilibrio vivo en las células corporales. Cuando el «hambre de energía» del organismo está saciado, la energía sobrante del cuerpo etérico se irradia hacia fuera a través de los chakras y de los poros. Los pensamientos y emociones negativos, y una forma de vida que no esté en consonancia con las necesidades naturales de cuerpo (sobreesfuerzo, alimentación insana, abuso de alcohol, nicotina y drogas), pueden consumir la energía vital, por lo que la irradiación energética natural perderá intensidad y vigor. De esta forma el cuerpo de deteriora y surgen zonas débiles. Debido a esta estrecha relación existente entre el estado de cuerpo físico y la radiación energética del cuerpo. El cuerpo físico, reaccionan de forma particularmente intensa a los impulsos mentales. Aquí estriba la razón de los éxitos que el pensamiento optimista tiene sobre la salud. Nosotros podemos favorecer la salud de nuestro cuerpo utilizando prudentemente nuestros pensamientos.
A este respecto es interesante señalar que las plantas, en particular las flores y los árboles, también poseen una radiación energética muy semejante a la del hombre. Puedes utilizar esta radiación para proporcionar nueva energía a tu propio cuerpo. Para ello, apoya tu espalda contra un árbol que te resulte simpático o abrázalo, descargando todo tu cuerpo contra él. Deja que la fuerza armonizadora y energética del árbol se transmita a tu interior. También puedes tumbarte en una pradera florida y repleta de aromas y dejar que las vibraciones de las delicadas flores te envuelvan y penetren.
Nuestros sentimientos, nuestras emociones y las cualidades de nuestro carácter, marcan con fuerza la visión del mundo y de la realidad cotidiana. Todas nuestras emociones no liberadas, las angustias y agresiones conscientes e inconscientes, las sensaciones de soledad, rechazo y autoreproche, etc; emiten sus vibraciones y transmiten el mensaje inconsciente que enviamos al mundo exterior. Y aquí es donde se realiza el principio de la atracción mutua. Las frecuencias energéticas que emitimos atraen vibraciones energéticas iguales del entorno y se unen con ellas. Esto significa que, con frecuencia, nos encontraremos con personas y circunstancias que precisamente reflejan aquello que nosotros queremos evitar o de lo que queremos librarnos conscientemente, o aquello que tememos. De esta forma, el entorno nos sirve como espejo para todos aquellos elementos que hemos relegado desde nuestra vida consciente a las áreas del inconsciente. Los sentimientos no liberados tienden a mantenerse y a crecer dentro del propio conflicto interno. Así nos llevan una y otra vez a situaciones que se encargan de repetir las vibraciones emocionales originales, puesto que esas vibraciones son como su alimento.
La frecuencia de la angustia en una persona atrae situaciones en las que ve confirmada una y otra vez su angustia. Si esa persona encierra en si agresiones, siempre encontrará personas que exteriorizan las vibraciones de furia y agresión. Por ejemplo, si nos hemos propuesto no decir palabrotas en determinadas situaciones, pero sin haber liberado la agresión dentro de nosotros, puede suceder que alguien de nuestro alrededor comience inesperadamente a decir palabrotas. Las estructuras emocionales continúan existiendo a través de los diferentes estados mentales, aun así el pensamiento consciente y los objetivos mentales tienen influencia sobre el cuerpo, que sigue sus propias leyes. Aunque una persona puede aspirar conscientemente al amor o el éxito, e inconscientemente irradiar frecuencias energéticas contradictorias de celos y falta de autoconfianza, que le impedirán alcanzar su objetivo consciente.
Cuando hayamos comprendido realmente y de una vez por todas estas relaciones, debemos cesar obligatoriamente de vernos en el «papel de víctimas» y de atribuir la culpa de nuestras debilidades y miserias a otras personas o a las circunstancias. Eso significa en si mismo una gran liberación, puesto que entonces ya sabemos que tenemos gran parte de nuestro destino en nuestras propias manos, y podemos empezar a cambiar nuestra vida cambiándonos a nosotros mismos.
La mayor proporción de «nudos emocionales» del cuerpo emocional se encuentra localizada en la zona del chakra del plexo solar. Este chakra nos proporciona el acceso más directo a nuestras estructuras emocionales a través de la vivencia inmediata. Sin embargo, si queremos percibir y conocer estas estructuras mediante el entendimiento consciente, debemos traspasar los contenidos del chakra del plexo solar con la forma de manifestación a través del chakra frontal. Pero ni siquiera esto significa una liberación real. Una disolución de las estructuras emocionales sólo puede producirse a través de manifestar la sabiduría, la comprensión y la bendición, permitiendo al mismo tiempo conocer las relaciones interiores partiendo de la visión universal y holística. Este vínculo podemos establecerlo a través del chakra del corazón y del chakra coronal.
Esto es NO enjuiciar, no dividir las experiencias en «buenas» y «malas». Nos indica que las experiencias son causales y comprender qué sentimientos y acciones tienen consecuencias. También tiene una importancia decisiva una actitud interior en la que afirmamos todas las experiencias y en la que contemplamos las imágenes y sensaciones que aparecen espontáneamente, sin rechazar o enjuiciar nada de ello. A medida que aumenta la disolución de las estructuras emocionales estancadas, se comienza a irradiar profundos sentimientos de alegría incondicional.
Nuestros pensamientos e ideas, y nuestros conocimientos racionales e intuitivos, tienen una vibración mayor y su estructura es menos compacta. Los pensamientos que surgen generalmente giran en torno al bienestar personal y a los intereses del devenir terrenal y mundano. En este caso la solución racional de los problemas se convierte en la función principal. Sin embargo, esto significa una distorsión de su carácter original y una limitación de sus capacidades. La auténtica función mental consiste en recoger información e integrarlas con el entendimiento racional, que las transfiere a las situaciones concretas y lleva a una solución del problema en consonancia con las leyes universales. Los conocimientos que de esta forma nos llegan de nuestro ser se manifiestan como intuición en forma de intuiciones repentinas, a menudo en imágenes o incluso en sonidos que después se transforman en pensamientos verbales. Nos permiten mirar al interior de la auténtica naturaleza de las cosas y tienen una estructura holográfica, al contrario que el entendimiento lineal que parte de la concepción racional.
El aura o tu esencia psienergica puede abarcar hasta varios kilómetros de distancia, en realidad no tiene fin, pero se vuelve tan sutil que no se percibe. Si has tenido alguna vez la oportunidad de estar en presencia de un Ser Humano, tal vez habrás observado que la atmósfera cambiaba cuando te vas alejando de él. La experiencia de la luz, de la plenitud y del bienestar que puede llenarte en la cercanía de un Ser Humano pierde su intensidad cuanto más te alejes de el. A través del campo psienergico experimentamos la unidad interior con toda la vida. Nos une con el ser puro y divino, con la razón original omnipresente de la que han surgido y continúan surgiendo todas las manifestaciones en la creación. Desde este plano tenemos un acceso interior a todo cuanto existe en la creación. El campo psienergico es esa parte divina que hay en nosotros que es inmortal y que perdura entre nosotros.
Los chakras absorben directamente vibraciones del entorno, vibraciones que se corresponden con sus frecuencias. Así, mediante sus diferentes formas de funcionamiento, nos unen con los sucesos de nuestro entorno, de la naturaleza y del universo, sirviendo como antenas para la gama completa de vibraciones energéticas. Los chakras sirven como receptores para todas las vibraciones energéticas e informaciones que proceden del ámbito físico. Son las aberturas que nos unen con el mundo ilimitado de las energías más sutiles. Asimismo los chakras irradian energía directamente al entorno, con lo que modifican la atmósfera a nuestro alrededor. A través de los chakras podemos emitir vibraciones curativas y mensajes, conscientes e inconscientes, influyendo tanto positiva como negativamente sobre las personas, las situaciones e incluso la materia.
Para experimentar una plenitud interior todos los chakras deben trabajar en mutua armonía. Sin embargo, esta circunstancia se da en muy pocas personas. En general, los diferentes chakras tienen un grado de activación distinto. Y muchas veces están hiperactivados los dos chakras inferiores y es frecuente que, además, el chakra del plexo solar se encuentra inarmonico, si esta activo. Es posible que exista cualquier combinación de chakras bloqueados o inarmonicos. Además, estos grados oscilan a lo largo de una vida, puesto que en momentos diferentes pueden adquirir importancia temas distintos.
Por lo tanto, el conocimiento de los chakras puede aportarte una ayuda inestimable para el autoconocimiento, y guiarte en tu camino para descubrir todas las facultades innatas, obsequiándote con una vida de plenitud y alegría máximas. En la Antigüedad el número 7 se utilizó con frecuencia como símbolo de consumación, plenitud y perfección. En muchas culturas se consideraba un número sagrado, y así aún hoy día encontramos el número 7 en numerosos escritos religiosos, en mitos y en cuentos. También nuestras semanas transcurren en un ritmo de septenas. Éste es el menor ritmo cíclico fundamental de nuestra existencia. Tanto si aceptas estas leyes regulares como si no, las fuerzas universales que están tras ellas no se verán influidas. Nosotros somos libres en todas nuestras decisiones, pero vivimos siempre dentro de ciertas leyes generales razonables. De forma que queda a nuestro albedrío cómo utilizamos este conocimiento.
EXISTEN fundamentalmente dos vías para actuar sobre nuestros chakras con un efecto liberador y armonizador. El primer camino consiste en exponer los chakras a vibraciones energéticas que se aproximen a las frecuencias con las que vibra de forma natural un chakra sin bloqueos y que funcione armónicamente. Estas vibraciones energéticas podemos encontrarlas, por ejemplo, en los colores luminosos puros, en los sonidos y en los aceites esenciales, y también en los elementos y en las múltiples formas de manifestación de la naturaleza.
Tan pronto como a nuestros chakras afluyen frecuencias que son más elevadas y más armoniosas que las que corresponden a su estado actual, comienzan a vibrar con mayor rapidez, y las frecuencias más lentas de los bloqueos se van disolviendo progresivamente. Los centros energéticos pueden absorber nuevas energías vitales y retransmitirlas sin obstáculos. Es como si, a través de nuestro sistema energético, soplara una fresca brisa. El prana que afluye carga el cuerpo que, a su vez se transmite en energía emocional, que a su vez en energía mental que irradiar salud y alegría. Cuando en este proceso de purificación y clarificación se liberan las energías estancadas, sus contenidos aparecen una vez más en nuestra conciencia. Con ello podemos vivir de nuevo las mismas sensaciones que causaron el bloqueo: nuestras angustias, nuestra ira y nuestro dolor. Las enfermedades corporales pueden aflorar por última vez antes de ser totalmente limpiadas. Durante estos procesos probablemente nos sintamos intranquilos, excitados o incluso muy cansados. Tan pronto como las energías tienen el camino expedito, retornan a nosotros una profunda alegría, serenidad y claridad.
De hecho, los bloqueos de nuestro sistema energético sólo se purifican en la medida en que, desde nuestra posición estamos dispuestos a mirar de cara a la parte más indeseada y reprimida de nosotros mismos, y a redimirla mediante nuestra sabiduría y comprensión. La actitud interior de la aceptación incondicional, que lleva a una distensión completa. Distensión supone lo opuesto, el remedio contra la tensión, contra la contracción, y contra el bloqueo. Mientras rechacemos consciente o inconscientemente cualquier ámbito de nosotros mismos, mientras nos enjuiciemos a nosotros mismos, y, por ende, condenemos y rechacemos partes de nosotros mismos, se mantendrá una tensión que impide la distensión completa y, por lo tanto, la disolución de los bloqueos. No obstante, la actitud de aceptación incondicional exige mucha honradez y valor. Honradez significa en este contexto la disposición de vernos con todas nuestras debilidades y pesimidad, y no tal como nos gustaría vernos. Valor es la disposición de aceptar lo observado. Es el valor de decir sí a todo sin excluir nada. Pero si fuera solo esto, seria fácil. Tu mente, no diferencia plenamente en tu y otros, por lo tanto todo el trabajo interior tiene que ser también exterior, es decir, con respecto a los demás.
Hemos asumido en nosotros los juicios de nuestros familiares y amigos para asegurarnos su cariño y aprobación. Hemos reprimido determinadas emociones y deseos nuestros para satisfacer las expectativas de la sociedad, de un grupo o de una imagen de nosotros mismos. Abandonar esto significa orientarnos interiormente y de forma absoluta hacia nosotros y perder el cariño y el reconocimiento de los demás. Pero es únicamente el acto del rechazo, de la negación, el que permite que las energías nuestras adopten manifestaciones negativas. Las emociones reprimidas solo se convierten en “malas” porque las rechazamos, en lugar de afrontarlas con comprensión. Cuanto más violentamente sean rechazadas, tanto “peores” y mortificantes serán, hasta que en algún momento las liberemos de su cárcel mediante nuestra comprensión y sabiduría.
Detrás de todo estímulo sentimental está, en último término, el ansia de reconquistar la unidad. Sin embargo, tan pronto como nos adaptamos a la visión predominante del mundo y sólo aceptamos la realidad que puede percibirse a través de nuestros sentidos físicos y de la comprensión racional, este deseo de comunión, de unificación con la vida, se convierte en una voluntad de poseer. Nuestra ansia de poseer una persona, una posición, amor y reconocimiento y bienes materiales, sin embargo, se ve decepcionada una y otra vez, o a la larga no se satisface según lo esperado, puesto que tal satisfacción solo puede alcanzarse mediante una unión interior. Por miedo a una nueva decepción reprimimos nuestras energías: nuestro sistema energético se bloquea. Las energías que afluyen posteriormente son distorsionadas por el bloqueo y se manifiestan como emociones negativas, que a su vez tratamos, una vez más, de reprimir y retener para no perder la simpatía de nuestros congéneres.
Podemos interrumpir este círculo si dedicamos toda nuestra atención a nuestras emociones. En ese mismo momento comienzan a transformarse, pues, finalmente, reconocemos que son sencillamente energías que han surgido del ansia de unidad, y que fueron bloqueadas en su manifestación original. Ahora se convierten en una fuerza que nos ayuda a continuar en el camino hacia la totalidad. Existe una analogía sencilla que puede aclarar estas relaciones. Si tienes miedo de una persona y la rehuyes, nunca la conocerás en todo su ser al completo. Si, por el contrario, le dedicas tu atención y le haces sentir tu comprensión, irá abriéndose a ti paulatinamente. Conocerás que tras sus comportamientos, que tú has interpretado como ofesivo, no hay otra cosa que el ansia de satisfacción decepcionada. Tu comprensión le ayudará a recorrer el camino hacia una satisfacción real, igual que a ti.
La actitud de la aceptación sin prejuicios se corresponde con la postura de nuestro yo. Al asumirla conscientemente para nosotros, nos abrimos a una existencia completa, sana e integral. Él yo es ilimitado en el espacio y en el tiempo. Por ello tiene acceso en todo momento al conocimiento integral que afecta a nuestra vida personal. Si nos confiamos nos conducirá por la vía más recta y directa hacia la unidad interior, y los bloqueos existentes en nuestro sistema energético se disolverán de la forma más suave posible. Si comprendemos estas relaciones, podremos hacer que las formas de todas las experiencias que aparecen aun cuando sea un momento desagradable o negativo; dedicarles la atención neutral, la comprensión y la comunicación a ellos.
Existen formas de meditación que pueden ayudarte a practicar esta actitud de la aceptación, a disolver bloqueos y a admitir las energías autocurativas de tu yo superior. Una de estas técnicas de meditación, que podemos recomendarte por experiencia propia, es la meditación trascendental, también conocida por su abreviatura MT. Aquí la conciencia es guiada sin ningún esfuerzo o concentración de ningún tipo por la vía más directa hacia la experiencia del ser puro. Este proceso se ve acompañado de una relajación creciente en el que se disuelven por sí solas las energías bloqueadas. Los pensamientos y emociones liberados no son rechazados, sino sustituidos continuamente por la experiencia de la relajación y la alegría crecientes. Con esta meditación tienes en tus manos un instrumento maravilloso y altamente eficaz que, utilizado correctamente, representa por si mismo una vía para activar tus chakras de forma armónica, para purificar tu sistema energético de todo bloqueo y para explorar todo tu potencial intelectual y anímico. Sin embargo, esta forma de meditación sólo puede aprenderse a través de un maestro cualificado.
También hay otras formas de meditación que pueden ayudarte en tu camino. Ten solamente en cuenta que, en la meditación que elijas, tus pensamientos y sentimientos no sean enjuiciados y rechazados, sino integrados como parte del necesario proceso de depuración. Incluso en las formas más eficaces y naturales de meditación puede suceder que, debido al hábito, se cuele siempre algún juicio. Hasta las experiencias que resultan de la disolución de los bloqueos a menudo pueden reprimirse inconscientemente, puesto que se han sentido como desagradables. Esto puede hacer perder la imparcialidad, y la eficacia de la meditación se resentirá.
Tan pronto como hayas aprendido a amarte y a aceptarte enteramente, tal como eres, irradiarás estas vibraciones a través de tu aura, y atraerás las experiencias y vivencias correspondientes en el mundo exterior. Comienzan a valorarte tal como eres en tu auténtica esencia, y por tu valor de ser tú mismo. La comprensión y la comunión auténticas sólo son posibles bajo esta premisa. En tu camino hacia una existencia integral puede haber fases en las que tus chakras estén muy abiertos sin que hayas disuelto por ello todos los bloqueos. Entonces eres muy sensible a las energías que entran en tu entorno, una atmósfera tensa en la que predominen las vibraciones de insatisfacción, hostilidad o agresividad, tus chakras pueden cargarse con energías negativas, o contraerse para protegerse de esos influjos.
Tan pronto como los campos de dos personas se tocan o se solapan se produce un intercambio inmediato y un influenciamiento mutuo de las energías. Inconscientemente percibimos al otro de forma energética, tanto si queremos como si no. Cuando una persona nos resulta simpática o antipática espontáneamente, en gran parte se debe a las vibraciones energéticas que experimentamos. Si sentimos miedo, insatisfacción o ira, estas vibraciones no sólo influyen en la imagen que tenemos de ella, sino también en nuestro propio sistema energético. Cuando, sin razón aparente, te sientes tenso o incómodo en presencia de una persona; e incluso tienes la sensación de que todo se contrae dentro de ti, la razón está en la irradiación de los campos. En un grupo de personas que se han reunido para un fin determinado, el campo psienergico colectivo que surge puede ejercer un efecto tan intenso que todos los miembros del grupo sean cambiados por ella. Baste pensar en el ambiente contagioso que se produce con tanta frecuencia entre los espectadores de un partido de fútbol o en momentos de oración en una iglesia.
También los lugares tienen su propia irradiación, puesto que la materia puede almacenar vibraciones. Esto ocurre muy especialmente en los espacios cerrados. Creemos que al tratar con niños pequeños es particularmente importante comprender estas relaciones. El sistema energético de estos pequeños seres aún es completamente sensible a todo tipo de vibraciones energéticas. Reacciona de forma particularmente sensible a todo pensamiento y a cualquier sentimiento. Aquí la cercanía corporal a uno de los progenitores o a una persona de referencia con quien esté familiarizado representa una valiosa protección: por ejemplo, cuando el niño se expone a vibraciones ajenas al salir de compras. EL aura del adulto actúa como un parachoques que capta y absorbe las vibraciones. Por esta razón, es mejor llevar a un niño de la mano que dejarlo en un cochecito de bebé.
Nosotros los adultos también podemos contribuir mucho a que nuestros propios chakras y los chakras de nuestros hijos permanezcan distendidos y abiertos. Cuando nosotros atraemos fundamentalmente aquellas vibraciones y situaciones que se corresponden con nuestra propia radiación energética, también poseemos un cierto espacio de actuación para configurar conscientemente nuestra vida en el aspecto exterior. Por ejemplo, podemos participar en actividades en las que se genere una atmósfera de alegría y juego, podemos visitar lugares que irradien una energía renovadora, e incluso podemos crear el encantamiento de un lugar semejante en nuestra propia casa. Los colores estimulantes, las flores, los aromas y la música contribuyen mucho a conseguir una atmósfera armónica y favorecedora de la vida. Al elegir el programa de televisión, las conversaciones y las actividades que desarrollamos entre nuestras cuatro paredes, podemos poner unos acentos determinados y crear una atmósfera en la que el sistema energético de todas las personas que se encuentran entre ellas se recuperen y se relajen.
También en el plano interno puedes hacer algo para protegerte especialmente de las influenciadas indeseadas provenientes del entorno. Te recomendamos que pongas una especial atención en la terapia para abrir el chakra del corazón, puesto que la comprensión que irradias hacia afuera es capaz de neutralizar o de transformar todas las vibraciones. Aquí hay un desafío especial para desarrollar tu amor conjuntamente con otras facultades. Además, al desarrollar tu chakra del corazón irás conociendo y valorando más cada vez a otras personas, y automáticamente dejarás entrar en ti sólo esas vibraciones. Mediante estas cualidades se potenciarán y activarán al mismo tiempo en las otras personas. Así, cada encuentro puede convertirse en un enriquecimiento para ambas partes.
Cuando quieras protegerte en una situación o intensificar tu propia influencia, imagínate que introduces luz en tu cuerpo a través de tu chakra coronal, y deja mentalmente que esa luz vuelva a irradiar desde tu chakra del plexo solar, envolviendo a tu cuerpo en un mando protector luminoso que disolverá todas las influencias. También puedes imaginarte la radiación luminosa procedente del chakra del plexo solar como si fuera un foco o un proyector que transmuta a su paso todas las vibraciones.
Estas son algunas de las prácticas del sistema fénico .
Atentamente
Cristián Sepúlveda